¿Hacer ejercicio físico relaja al perro?

Cansar, cansa, pero no tranquiliza. 

Hay una frase que siempre se ha dicho:  “Es importante cansar al perro, para que sea feliz y así estará siempre tranquilo”. 

Cansar al perro con ejercicio físico puede ayudar en la eliminación de algunas hormonas y neurotransmisores que por decirlo de alguna manera “aceleren”. Cansar también puede crear adicción a lo que causa ese cansancio y puede ocurrir justo lo contrario que se pretende en la frase a la que hago referencia, es decir, generar una búsqueda obsesiva de la situación que cansa y que provoca una subida de adrenalina. Estar cansado, tampoco da la felicidad.

En programas de la tele podemos observar como “explotan” esta confusión. Perros que tras horas paseando al lado de una bicicleta o patines llegan cansados, se tiran y se duermen y nos dicen“¡ahora el perro está en un estado de relajación!”

¡PUÉS NO!, el perro está “muerto”, está agotado y en cuanto descanse, volverá a ser el mismo perro, salvo que de repetir esto, podamos tener un perro mucho más fuerte y al que nos lleve más tiempo cansarlo. Si además el paseo fue algo estresante para el perro (el ir al lado de una bicicleta esquivando obstáculos, no pudiendo oler nada y recibiendo tirones lo es), ese estrés irá en aumento.

No solo hemos de preocuparnos de proporcionar ejercicio y ejercicio hasta agotar. Durante dicho ejercicio, hemos de tener en cuenta otra serie de cosas como es su estado mental, su edad, su estado de salud, etc. También debemos ejercitar la mente del perro mediante ejercicios de olisqueo, búsqueda, trabajando la lateralidad, algo de obediencia, lo que podríamos denominar “estimulación mental”.

Así que cuidado con cansar tanto al perro, no se trata de tener “al niño” todo el día haciendo deberes de matemáticas o viendo la tele o jugando el el parque. Debe prevalecer el sentido común, diferentes actividades y todo en su justa medida tanto de edad física como mental.

En los últimos años se ha insistido mucho en la necesidad de ejercicio que tienen los perros, y en el ejercicio como una vía de escape para ciertas conductas indeseadas. Es un gran avance, ya que se reconoce que los perros tienen necesidades, y que el no aportarles aquello que necesitan puede crearles problemas. Pero también se corre el riesgo de caer en la simplificación de pensar que el ejercicio es la solución a todos los problemas.

Todos los perros necesitan ejercicio físico para mantener una estabilidad mental y física. La cantidad de ejercicio varía en relación a muchos factores: edad, raza, niveles hormonales, cualidades del propio individuo… Un bulldog “abuelete” no va a necesitar la misma actividad física que un border collie adolescente, por ejemplo. Lo primero que debemos hacer es ser conscientes de cómo es nuestro perro y de cuáles son sus habilidades y sus defectos, para ajustar su actividad a la que él necesite. 

Algunos puntos importantes a tener en cuenta:

Los cachorros no están preparados para una actividad física alta hasta que no se han desarrollado físicamente. Es igual de locura hacer que un cachorro haga una caminata sin parar de 4 horas para subir a un monte, que poner a un niño a correr una maratón.

“Las pelotas las carga el diablo”: lanzar la pelota a nuestro perro una y otra vez puede parecer la forma más fácil para cansar a nuestro perro con el mínimo esfuerzo posible, pero debemos tener en cuenta varias cosas: es un ejercicio muy explosivo, por lo que lo habitual es que sea un cansancio solo temporal, que le dure unas pocas horas máximo. Esto, unido a que es un ejercicio altamente excitable (muy parecido a la secuencia de caza, y que hace aflorar instintos muy primarios) hace que nuestro perro quede “agotado” durante unas horas, pero que en cuanto se le pase, surja toda la excitación que hemos creado. Por lo que si usamos este tipo de ejercicio para evitar que el perro rompa cosas en casa o que se haga sus cosas, no es el ejercicio más adecuado. En cuanto pase el agotamiento, toda la excitación acumulada provocará los problemas que intentamos evitar.

Los perros también pueden lesionarse. Necesitan una preparación física antes de lanzarse a dar grandes saltos, o a correr maratones. Si nos han dicho en el veterinario que nuestro perro tiene sobrepeso, no podemos ponernos a correr durante una hora con el directamente. Necesitará que empecemos poco a poco, que intentemos bajarle de peso mediante dieta lo máximo posible para que no sufran las articulaciones…

No solo el ejercicio físico cansa al perro, también el mental. 

Dependiendo de cómo sea nuestro perro, y lo que deseemos conseguir con el ejercicio, puede que sea más interesante realizar ejercicios mentales en lugar de físicos. Esto no quiere decir que el ejercicio mental sustituya al físico, pero a un perro puede convenirle que alternemos entre ambos. A un perro adolescente que rebose energía es preferible que el ejercicio físico provenga de un largo paseo suelto por el monte, con sus carreras, sus subidas y bajadas, sus obstáculos… Que de media hora de lanzamientos de pelota, que lo sobreexcitarán. Y en cuanto ejercicio mental, podemos aprovechar para trabajar con él algunos ejercicios de obediencia mediante juego y recompensa, lanzarle unos premios por el suelo y hacerle que busque para que se relaje… Ese tipo de ejercicios ayudarán a cansarle mentalmente sin sobreexcitarle.

Dicho todo esto, recordamos que el ejercicio físico es importante para nuestros compañeros de cuatro patas, y por eso cada vez podemos encontrar más deportes caninos, que podemos practicar junto a ellos. Guiados por un buen profesional, son una de las mejores maneras no solo para que nuestro perro haga ejercicio, también para desarrollar nuestro vínculo, e incluso hacer ejercicio nosotros también.

Fuente Centro Deportivo Gismircan